Es imposible pensar que las leyes universales no existen, sobre todo, en éstos últimos tiempos, donde la humanidad está sometida a las indicaciones por parte de sus gobiernos.
Mantener la salud de todos a flote y evitar todo tipo de desastres se convirtió en un compromiso mundial.
El abuso a la libertad en todos los sentidos ha sido una de las causas principales que originan la discriminación, la pobreza, la enfermedad y las guerras entre la humanidad ya que existen personas que no miden sus impulsos y lastiman a quien los alcanza con todos los sentimientos dañinos que portan en el interior.
Por esta razón, lejos de señalar, la humanidad debe de concentrarse en trabajar en sí misma, para encontrarle un sentido a la vida que la lleve a encontrar su potencial oculto usándolo no sólo para su propia felicidad, sino la de todas las próximas generaciones, convirtiéndose paulatinamente en un planeta lleno de luz, amor, riqueza y paz.
La paz es una virtud, como lo es la serenidad, la calma, la inteligencia, la salud, la vida propia, ya que al decir virtud nos referimos a un conjunto de cualidades trabajadas en uno mismo que al convertirse en parte de nuestra personalidad se nos consideran como personas virtuosas.
Las virtudes se aprenden, como también los vicios, por esta razón entre mas cualidades se desarrollen en la humanidad mejores caminos tendremos para andar hacia la propia felicidad.
El “karma” es la acción universal que nos detiene para ponernos a pensar sobre la verdadera intención de nuestras acciones o nos permite fluir hacia la felicidad recogiendo los valioso de nuestros actos con los demás.
Por lo general lo hace por medio del dolor profundo.
Grandes líderes espirituales hablaron de este tema como Jesús cuando dijo: “Por sus frutos los conoceréis” o Buda cuando dijo: “Los que siembras hoy lo cosecharás mañana”